Historias con un resultado positivo son más eficientes impulsando la honestidad, según un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Toronto (Canadá).
Se realizó un experimento con 268 niños de entre 3 y 7 años, a quienes se les pedía que no hicieran trampas a la hora de identificar juguetes por sus sonidos, cuando el adulto que estaba en la sala se ausentaba para coger un libro. Seguidamente, a algunos de ellos se les leyó la historia George Washington y el cerezo, mientras que al resto se les explicó Pinocho o Pedro y el lobo. En el primer relato, la honestidad recibe premio; mientras que en las otras dos, el hecho de no decir la verdad tiene una consecuencia negativa.
Los investigadores observaron que los menores que habían escuchado la historia de George Washington mostraron más sinceridad cuando se les preguntó sobre si habían hecho trampas en los momentos en los que estaban solos en la sala.
Por este motivo, en su estudio concluyeron que la mejor forma de promover la honestidad es haciendo hincapié en sus ventajas y mostrando el comportamiento deseable, en lugar de hablar de las consecuencias negativas que tiene mentir.