
Foto: Anestiev / Pixabay
Investigadores de Oxford (Reino Unido) han realizado un estudio para conocer cuáles son los efectos a largo plazo del COVID-19, concluyendo que la enfermedad deja secuelas en diversos órganos.
El estudio Coverscan quiere profundizar sobre las secuelas del COVID-19. Hasta la fecha, se ha registrado que quien padece la enfermedad puede llegar a manifestar fatiga intensa, dificultad para respirar, dolores musculares, dolor en las articulaciones, confusión mental, pérdida de memoria, falta de concentración, así como depresión y problemas de salud mental. Pero esta investigación va más allá al descubrir que, meses después de la infección, los pacientes jóvenes y sin problemas de salud previos pueden tener daños en múltiples órganos del cuerpo.
Amitava Banerjee, cardióloga y profesora asociada del University College de Londres, ha explicado al diario británico The Guardian que el estudio Coverscan, en el que ha participado, apoya la idea de que hay una agresión a múltiples órganos que es detectable y que podría ayudar a explicar algunos de los síntomas de la enfermedad.
También ha querido resaltar que es necesario seguir investigando para conocer si las secuelas continuarán o mejorarán con el paso del tiempo y si es posible que algún subgrupo de personas empeore.