
Foto: useche70 / Pixabay
El último análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto del COVID-19 en el mercado laboral revela que más de uno de cada seis jóvenes en el mundo ha acabado en el paro por la epidemia. Para este organismo:
La crisis afecta adversamente a los jóvenes en varios ámbitos, lo que podría dar lugar al surgimiento de una “generación de confinamiento”.
Según el Observatorio de la OIT: El COVID-19 y el mundo del trabajo. Cuarta edición, el 94 % de los trabajadores vive en países en los que se ha aplicado algún tipo de medida de cierre de lugares de trabajo, siendo los jóvenes y en particular las mujeres quienes han sufrido con mayor gravedad y rapidez el impacto de la pandemia, pues el COVID-19 ha destruido sus empleos y su educación y formación, por lo que además de perder ingresos se enfrentan a mayores dificultades para encontrar un trabajo.
Más de uno de cada seis jóvenes encuestados ha dejado de trabajar desde que surgió la crisis del COVID-19 y quienes han mantenido su empleo han visto cómo sus horas de trabajo se han reducido un 23 %. Por otro lado, alrededor de la mitad de los jóvenes ha manifestado que probablemente concluirá sus estudios con retraso, y el 10 % prevé que no podrá terminarlos.
El 60 % de las mujeres jóvenes y el 53 % de los hombres jóvenes encuestados vislumbran su futuro profesional con incertidumbre o inquietud.
Ante esta situación, la OIT recomienda poner en marcha un plan especial de garantía juvenil que ofrezca a los jóvenes sin trabajo y sin estudios un empleo o una propuesta formativa. También insta a los gobiernos a implantar actividades de apoyo sobre todo en los sectores que estén en medida de crear emplearlo decente y productivo.