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La extensión forestal de Filipinas se ha reducido del 70 al 20 % en el último siglo por culpa de la tala ilegal. Para hacer frente a esta situación, el Gobierno ha aprobado una ley que obliga a los estudiantes a plantar árboles para graduarse.
La pérdida de árboles en algunas zonas ha elevado el riesgo de sufrir inundaciones y deslizamientos de tierra.
Desde ahora, lo alumnos que terminen su educación primaria, secundaria o universitaria deberán plantar diez árboles si quieren conseguir su título. Según Gary Alejano, autor principal de la ley y miembro del Partido Magdalo, cada año se gradúan en Filipinas más de 12 millones de estudiantes en la escuela primaria, casi 5 millones en la escuela secundaria y casi 500.000 en la universidad. Si la nueva ley se implementa correctamente, se plantarían 175 millones de árboles cada año.
Al parecer, una serie de agencias gubernamentales serán las encargadas del establecimiento de viveros, producción de plántulas y preparación del sitio. El Gobierno ha decidido que los nuevos árboles se plantarán en bosques ya existentes, áreas protegidas, minas abandonadas y áreas urbanas.