Los adolescentes tienen peor salud que los de hace 25 años

Foto: Semevent / Pixabay

La revista médica The Lancet ha publicado un estudio global sobre la salud de los adolescentes del mundo que concluye que actualmente hay más adolescentes en riesgo que nunca.

Los adolescentes se han convertido en la generación más grande de la historia, con 1.800 millones de individuos. Sin embargo, el crecimiento demográfico no siempre va relacionado a mejoras en el bienestar, tal y como se deduce de la investigación publicada en The Lancet. En ella, se evaluaron 12 indicadores de salud y bienestar en jóvenes de 195 países, con edades comprendidas entre los 10 y los 24 años, para observar cómo han cambiado entre 1990 y 2016.

El mayor crecimiento de población ha tenido lugar en países de ingresos bajos y medios en los que se encuentran más de la mitad de los adolescentes del mundo.

Según el estudio, en 2016 uno de cada cinco adolescentes en el mundo tenía sobrepeso, un aumento del 120 % con respecto a los 147.3 millones en 1990; y 7 millones sufrieron de anemia, un aumento de 74.2 millones en comparación con 1990. Respecto al consumo de tabaco y alcohol, 136 millones de adolescentes fumaban diariamente en 2016 y un total de 71 millones reportaron consumo excesivo de alcohol.

Por otro lado, el matrimonio infantil sigue siendo común, con un estimado de 66 millones de mujeres de 20 a 24 años casadas antes de los 18 años; y en 2016 hubo 12 millones de nacidos vivos de madres adolescentes, casi tres cuartas partes de los cuales fueron en países donde los adolescentes sufren una gran carga de enfermedad.

Los investigadores hicieron un seguimiento del progreso en indicadores de la salud y factores sociales que afectan a la salud, entre los que se encuentran el consumo de tabaco, la obesidad, el matrimonio infantil y las enfermedades no transmisibles.

Ante estos datos, los expertos reclaman que se desarrollen planes integrales que garanticen la prosperidad de la juventud. En ellos, se debe contemplar tanto el acceso al sistema sanitario como a la educación, aspectos claves en la reducción de los riesgos para la salud y la desigualdades de género, así como en el desarrollo socioeconómico de los jóvenes y la reducción de la pobreza.

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