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El 90 % de los jóvenes entre 14 y 30 años admite cometer faltas de ortografía cuando escribe en las redes sociales y otro 88,5 % asume que no cuida la elaboración de sus textos al escribir en dispositivos móviles como lo harían en otro formato.
Así lo recoge Silvia Gumiel, profesora de lengua española de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), en su estudio de 2017 sobre los hábitos de escritura de los jóvenes en los dispositivos móviles.
En su investigación, Gumiel también observó que en torno al 20 % de los estudiantes de la ESO afirmaba que “escribía como hablaba”.
La profesora considera que existen varios factores que intervienen en la mala ortografía de los españoles: falta de interés por escribir correctamente debido a que se prioriza la rapidez por encima de todas las cosas, no leer demasiado y dar más importancia a la escritura en las formaciones de Humanidades que en las de Ciencias.
Muy desencaminada no irá Gumiel si encontramos noticias como ésta “La mala ortografía lastra las oposiciones a profesor” de El País. En ella se explica que el 9,6 % de las plazas que se convocaron para profesor de secundaria, FP o escuela de idiomas el pasado mes de junio quedó vacante.
Al margen del debate surgido acerca de el grado de exigencia de dichas pruebas, las faltas de ortografía y errores gramaticales lastraron la calificación de un número no despreciable de opositores.
Además, podemos leer (un tanto perplejos) en la noticia anteriormente citada que, según tres correctores de exámenes, algunos candidatos redactaron como lo hacen en sus mensajes de móvil, acortando las palabras, utilizando un “tb” en vez de “también” o un “x q” en lugar de “por qué”.