Uno de cada cuatro jóvenes que trabaja lo hace para ser pobre, según el último boletín del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), que refleja que un 38,2% de las personas de entre 16 y 29 años se encuentran en riesgo de pobreza y sólo un 19,5% ha podido emanciparse.
Víctor Reloba, vicepresidente del CJE, asegura que “la juventud española tiene serias dificultades para poder desarrollar un proyecto de vida propio” y destaca que la tasa de emancipación sigue bajando (un 5,26% menos que en 2015) e indica que 8 de cada 10 jóvenes siguen en casa de sus padres.
También advierte de que “una juventud pobre es un país pobre”, ya que recuerda que los jóvenes “están llamados a sostener el Estado del bienestar y las pensiones con su trabajo e impuestos”.
Respecto a la tasa de paro, las conclusiones de la novena edición del Informe Juventud en España (IJE2016) exponen que la población económicamente activa de 16 a 29 años ha disminuido
desde 2006 en 1,9 millones de personas, pasando de 5,7 millones aproximadamente en esa fecha a 3,8 millones en 2015.
La pérdida de empleo juvenil ha sido especialmente significativa en el sector de la construcción (con una caída en términos relativos desde 2008 cercana al 84%), en actividades financieras (del 66%) y en la industria manufacturera (del 61%).
Durante la crisis, ha aumentado significativamente el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan debido al incremento del desempleo. La inactividad, en cambio, no ha aumentado sino que al contrario ha descendido. Según Eurostat, sólo el 3,6% de los jóvenes entre 15 y 29 años cae dentro de la categoría de “personas que no quieren trabajar”.