El Gobierno británico ha anunciado que en un plazo de dos años introducirá un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas. Con esta medida, el Estado pretende recaudar fondos y combatir la obesidad.
El ministro de Economía, el conservador George Osborne, ha dado a conocer esta medida en la presentación de su propuesta de Presupuesto 2016-2017. Al parecer, los refrescos con 5 gramos de azúcar por cien mililitros deberán hacer frente a este impuesto, que será mayor para las que tengan más de 8 gramos por cada cien mililitros.
En los zumos naturales de fruta y las bebidas con base de leche no se aplicará dicho impuesto, con el que se espera recaudar 520 millones de libras al año que se destinarán al deporte en las escuelas.
La nueva tasa que se impondrá a las bebidas con un alto contenido de azúcar ha sido muy bien recibida por el sector sanitario y responde a una campaña liderada por el conocido chef televisivo Jamie Oliver.