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Tras ganar la final del Mundial de Rugby de Inglaterra 2015, disputada entre Nueva Zelanda y Australia (34-17), uno de los All Blacks, Sonny Bill Williams, tuvo un gesto que sorprendió a todo el mundo.
El equipo neozelandés estaba celebrando sobre el césped la victoria, cuando de repente un niño llamado Charlie decidió saltar desde las gradas y abrazar a sus ídolos. Sin embargo, el pequeño fue aplacado por un agente de seguridad, encargado de evitar que nadie se acerque a los deportistas.
Williams vio cómo no dejaban que su pequeño admirador llegara hasta él por lo que decidió que debía abrazar a Charlie, acompañarle a su asiento y regalarle su medalla de oro, recién conseguida sobre el tapete de Twickenham.
El jugador de 30 años explicó en Twitter por qué tomó esta decisión: “Para un niño que tiene ese valor y toma ese riesgo, mereces una medalla. Disfruta ‘hermano’”.
For a kid 2 have that will and take that risk, you deserve a medal. Enjoy bro https://t.co/M0hyD7btdl
— Sonny Bill Williams (@SonnyBWilliams) octubre 31, 2015