Para los jóvenes españoles es casi imposible poder comprar una vivienda. De hecho, sólo el 21,5% de la población entre 16 y 30 años ha logrado emanciparse de sus padres.
Según el Consejo de la Juventud de España (CJE), un joven que desee irse a vivir solo debe dedicar más del 40% de sus ingresos netos a pagar la hipoteca o el alquiler. No obstante, cabe recordar que no todos los jóvenes poseen una nómina estable, pues hay un 64,5% que carece de cualquier ocupación. Por su parte, el joven que sí tenga un salario deberá dedicar 12,3 años de su sueldo íntegro para comprar y deberá destinar el 57,8% de su salario para poder pagar la hipoteca.
Con los actuales precios, un menor de 30 años debería ganar unos 1.900 euros al mes, un 92,54% más de lo que cobra actualmente, para comprar un piso de sólo 51,9 metros cuadrados.
La precariedad, la temporalidad, la subocupación y la sobrecualificación siguen caracterizando las condiciones laborales de la juventud. Ante esta realidad, el presidente del Consejo de la Juventud de España, Héctor Saz, califica la situación de “insostenible”.