
Foto: El Dínamo
Athena Orchard tenía 13 años cuando falleció a causa del cáncer. Tras su muerte, sus padres descolgaron un espejo de la habitación de su hija y, para su sorpresa, encontraron en él un mensaje póstumo de la joven.
A partir de que le fuera diagnosticada la enfermedad, Athena quiso mostrarse positiva y fuerte. Al mismo tiempo, sin que sus padres lo supieran, se puso a escribir detrás del espejo de su habitación sus sentimientos.
En recuerdo de su joven hija, sus progenitores guardarán siempre el espejo en el que Athena escribió frases como éstas:
- La felicidad es una dirección, no un destino. Gracias por existir. Sean felices, sean libres, crean, siempre jóvenes. Conocen mi nombre, no mi historia.
- El amor es inusual, la vida es extraña, nada dura y la gente cambia. Cada día es especial, así que aprovéchenlo. Podrían contraer una enfermedad mortal mañana así que aprovechen cada día. La vida sólo es mala si la hacen mala.
- Nunca abandonen algo en lo que no pueden pasar un día sin pensar. Quiero ser esa chica que hace los malos días mejores y la que les hace decir “Mi vida ha cambiado desde que la conocí”.
- No hay necesidad de llorar porque sé que estarán a mi lado.